Fueron tres conciertos inolvidables, enmarcados dentro de las actividades que se realizan para solventar los trabajos de mantenimiento del Duomo.

El reencuentro con el Maestro Carreras estuvo cargado de calidez y profesionalismo. Nos acompañó en el piano nuestra querida Nadine Laurens, siempre con su cálida sonrisa y su buen hacer musical. Tuvimos la oportunidad de conocer nuevos amigos como Fernando Terán, Maestro argentino que dirigió la obra, con un conocimiento y experiencia que permitió enriquecer la interpretación con finas sutilezas, sin hablar de su sentido del humor y cercanía. Y como no, los amigos del Coro Quod Libet de la ciudad de Parma, que bajo la dirección de Leonardo Morini y cantando junto a él, demostraron su gran calidad profesional y humana, tienen un reportaje fotográfico en este enlace, y es muy probable que pronto asumamos con ellos nuevos proyectos musicales.